“Un europeo incrédulo viajaba por Africa, y una madrugada encontró a uno de los guías de la caravana abismado en la oración. Le preguntó con cierta ironía: —¿Y cómo sabes tú que realmente existe Dios? El árabe le dio esta magnífica respuesta: —Mirando la arena del Sahara descubro, por las huellas, si un hombre o una fiera pasó por ahí. De la misma manera, si veo el mundo, por las huellas que en él descubro adquiero la certeza de que por allí pasó Dios.” —A.Espinoza.
“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes entendimiento. ¿Quién determinó sus medidas? Porque tú lo debes saber. ¿O quién extendió sobre ella un cordel? ¿Sobre qué están afirmados sus cimientos? ¿O quién puso su piedra angular, cuando aclamaban juntas las estrellas del alba, y gritaban de júbilo todos los hijos de Dios?” Dios
(Job 38:4-7)
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